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martes, 29 de septiembre de 2015

Noticia: Hallan Acueducto Colonial del Siglo XIX en Linares, Nuevo León




"No tenemos nada similar en Nuevo León por las dimensiones y la manufactura de la pieza, obra hidráulica que cuenta con 33 arcos tipo Tudor, ojivales", dijo el arquitecto Benjamín Valdez Fernández, del Centro INAH-Nuevo León.

Un acueducto de 110 metros de longitud, construido a mediados del siglo XIX, fue descubierto en el municipio de Linares, Nuevo León, durante trabajos de desmonte y limpieza de un predio.

Tras el hallazgo, el dueño de la propiedad informó al gobierno municipal, que a su vez solicitó la intervención del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para hacer una evaluación del sitio, así como su posible restauración. De acuerdo con el arquitecto Benjamín Valdez Fernández, del Centro INAH-Nuevo León, se trata de “un hallazgo muy importante. No tenemos nada similar en Nuevo León por las dimensiones y la manufactura de la pieza, obra hidráulica que cuenta con 33 arcos tipo Tudor, ojivales”.

El responsable de verificar el descubrimiento detalló que el acueducto empieza a ras de piso, como una acequia ademada y conforme va bajando el nivel del terreno va formando la arcada hasta llegar al remate, donde estuvo una rueda motriz y el molino de caña.


El resto es una acequia que nace en el río que lo alimentaba, en aquel entonces el Conchos, que ahora lleva el agua a la presa de Cerro Prieto, agregó. El investigador reveló que se cree fue construido en el siglo XIX, cerca de 1860, debido al fino trabajo en la piedra arenisca “de rostro” con la que se elaboró la obra, cuyas “caras lisas” facilitaron “el plomo” en la construcción de sus muros.


Otros detalles que corroboran la hipótesis son los elementos arquitectónicos empleados, como los arcos neogóticos, lo que habla de una arquitectura culta que llegó al país en esa época, “algo que no se aprecia en ninguna otra construcción antigua del estado”, dijo.


Sobre el estado del acueducto, Valdez Fernández resaltó que solamente tiene colapsadas algunas piedras en tres de los 33 arcos, por lo que ahí se hará una restauración mayor, mientras que el resto de la construcción sólo requiere de mantenimiento en la boquilla entre las piedras. La propuesta de restauración consiste en la aplicación de algún hidrofugante a la estructura en su parte superior que era la base de la atarjea, para evitar la filtración de humedad.


De igual manera, se reforzarán las boquillas, es decir, la unión entre piedra y piedra, algunas están sueltas y habrá que colocarlas en su lugar, además se le hará una limpieza a todo el conjunto, detalló el INAH.


Es de mencionar que en la estructura del canal se encontraron algunos números grabados, que pueden ser referencias de los constructores. También se aprecian dos círculos seccionados en cuatro partes, que podrían ser signos topográficos del nivel o distancia de la construcción, mencionó el arquitecto.

Noticia: Encuentran vestigios de grandes murallas en Tepeticpac


Decenas de trabajadores dan forma a un conjunto de edificaciones de la antigua localidad prehispánica de Tepeticpac, descubierta hace cuatro años entre la tupida maleza, donde se observan vestigios de grandes murallas, cuya zona abarca 98 hectáreas y fue uno de los cuatro altepemeh (unidades territoriales) donde se desarrollaron las culturas que dieron origen a la Tlaxcala actual. Ubicado en la comunidad de Santiago Tepeticpac, en el municipio de Totolac, el sitio arqueológico se localiza en la cima de los cerros Cuauhtzi, El Fuerte y Tlaxistlan, a más de 2 mil 450 metros sobre el nivel del mar. 


Tiene unas 150 terrazas y 15 edificios tanto de tipo habitacional como cívico administrativos y algunos templos. El asentamiento tuvo una primera ocupación entre los años 600 y 900 d.C., y fue abandonado por el año 900 o 1000, se volvió a habitar entre los siglos XII y XIII por migrantes chichimecas que invadieron territorios del centro de Tlaxcala y establecieron su liderazgo en esta región, donde desde hace cuatro años el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) realiza trabajos de investigación arqueológica. 


Tepeticpac es considerado un sitio emblemático para la historia de la región, ya que fue uno de los cuatro altepemeh tlaxcaltecas fundadores de la Tlaxcallan prehispánica, junto con Ocotelulco, Tizatlán y Quiahuixtlán, señaló en un comunicado del INAH, el investigador Aurelio López. Los investigadores Aurelio López Corral y Ramón Santacruz Cano, al frente de este proyecto, realizan trabajos de prospección, excavación y restauración, así como diagnóstico del estado de conservación e intervención de plazas, terrazas y estructuras del Conjunto La Palma, en la parte alta del asentamiento. "Las construcciones del lugar -dijo Aurelio López- corresponden al periodo Posclásico Tardío, que abarca del siglo XIII hasta la llegada de los españoles, y estuvieron habitadas hasta mediados del siglo XVI. El Conjunto La Palma tenía un carácter de alta jerarquía, con templos en la parte superior y algunas unidades cívico administrativas". Tepeticpac es un sitio adaptado a la topografía de la región, por lo que se construyeron sistemas de terrazas en las que se levantaron diversos tipos de construcciones. 



López Corral señaló que algunos muros son muy altos, alcanzan más de cinco metros, como el que restauran actualmente en la Terraza 5, donde se restituyen los elementos arquitectónicos de las caras oeste y norte. Es una prioridad estabilizar el sitio antes de hacer otro tipo de trabajo. Además de que se investiga la densidad poblacional que tuvo Tepeticpac porque hay muchas terrazas y se piensa que cada una pudo corresponder a un grupo doméstico de cinco a siete personas. Al excavar se ha encontrado que no todas estaban ocupadas. "Una estimación nos indica que en la parte alta llegaron a vivir unos 500 o 600 habitantes que formaban parte de la elite, de la clase gobernante, y en la baja o hacia los costados hubo una ocupación mayor", abundó López. De manera paralela, se estudian aspectos de la conformación sociopolítica del lugar y se ha ido estableciendo su cronología. 


No se ha determinado qué grupo cultural habitó el sitio durante el Epiclásico. En ese sitio se ha encontrado parte de una escalinata, un talud de un edificio y otros elementos arquitectónicos, cuyo material constructivo es similar al de Cacaxtla, por lo que se podría pensar que hubo alguna relación entre ambos sitios, o que quizá era el mismo grupo cultural, pero aún se desconoce. La cerámica encontrada ha sido el principal indicador de la temporalidad del sitio, se han hallado fragmentos de unos 20 o 25 tipos de cerámicas incluyendo vajillas policromas características del Posclásico. Los habitantes de Tepeticpac tenían como deidad principal a Tezcatlipoca, señor del cielo y la tierra, considerado el patrono de los tlaxcaltecas. Veneraban a Camaxtli, dios de la guerra y la caza, y a Tezcatlipoca, algunos dicen que es el mismo, otros argumentan que eran deidades hermanas. 

sábado, 26 de septiembre de 2015

Pieza: La Máscara Del Rey Pakal



En 1952, un equipo de arqueólogos encabezado por el Dr. Alberto Ruz realizó uno de los descubrimientos más recordados en la historia de la arqueología en México. Se trataba del importante hallazgo de una enorme cámara funeraria (al interior del Templo de las Inscripciones, en Palenque, Chiapas) en cuya nave central destacaba una enorme lápida labrada que, luego de ser removida, permitió a los afortunados especialistas, descubrir los tesoros que acompañaban al cuerpo del señor Pakal, gobernante de esa famosa capital maya entre los años 615 y 683 de nuestra era. En la Sala Maya del Museo Nacional de Antropología, desde el momento mismo de su creación en el Bosque de Chapultepec, en 1964, fue concebida un área especial en la que una réplica de esta fantástica cámara y una serie de tres vitrinas, permiten al visitante entender el contexto y admirar las joyas recuperadas tras este memorable hallazgo.

Durante tu visita a la Sala Maya, no dejes de admirar los anillos, los collares, pero sobretodo, la espectacular máscara de jade que cubría el rostro del misterioso gobernante. Ésta, recientemente restaurada para devolverle su aspecto original, luce ahora más bella que nunca sus delicadas cuentas de jade rematadas con sus espectaculares ojos de concha y piedra que, desde tiempos de los antiguos mayas, parecen observar al espectador desde lo más profundo del tiempo…

Pieza: La Mascara Del Dios Murcielago


Descubierta en la zona arqueológica de Monte Albán, esta máscara es sin duda una de las piezas más famosas del Museo Nacional de Antropología (MNA) y uno de los tesoros particulares de la Sala Oaxaca del mismo. De acuerdo con los especialistas, desde años anteriores a la época cristiana, grupos sureños -quizá provenientes de Chiapas o de más allá, de territorios hoy localizados en la actual Guatemala-, introdujeron entre los habitantes de los valles y las montañas de Oaxaca, el culto a un especie de dios o entidad murciélago. Así lo demuestra esta increíble máscara conformada por varias placas superpuestas de jade, finamente pulidas y que, reunidas, conforman la espectacular imagen de este mamífero volador asociado al inframundo y a la muerte. No dejes de admirarla detenidamente… ¡su imagen se te quedará grabada por mucho tiempo!

Pieza: La Monita De Obsidiana


La obsidiana es un vidrio volcánico que, durante la época prehispánica, fue muy comerciado en la poderosa ciudad de Teotihuacan, entre los años 500 y 700 de nuestra era. Ya para tiempos posclásicos (entre el 1325 y el 1521) se sabe que los mexicas lo consideraban un mineral muy preciado. Con él, lo mismo podían dar vida a las filosas puntas de sus cuchillos y lanzas, que crear verdaderas obras de arte como esta vasija con la forma de un monito (hembra, incluso embarazada) que requirió del paciente y cuidadoso tallado de su artista, así como de horas para lograr un delicado pulimento.

La perfecta composición y triunfo estético de esta pieza, tomando en cuenta que para su realización sólo se contó con herramientas de tipo rudimentario, le confieren sin lugar a dudas el número uno en nuestro listado de las piezas más valiosas custodiadas por esta prestigiada institución por su casi imposible reproducción. La puedes admirar dentro de una vitrina de seguridad en el sector sureste de la Sala Mexica, junto al Penacho de Moctezuma. ¡Sin duda una de las piezas más bellas del Museo Nacional de Antropología!

Noticias: Excavaciones en Ocotelulco, Tlaxcala

En 1990 comenzaron las excavaciones, dirigidas por el arqueólogo Eduardo Contreras Martínez, en la zona arqueológica de Ocotelulco, entonces eran visibles hileras de piedra, los restos de una caja de ladrillo y fragmentos de un piso de estuco. Más tarde se localizaron un recinto ceremonial que tiene una extraordinaria banqueta policroma y un conjunto habitacional. Entre 2002 y 2005 se encontró un entierro con varios individuos que fueron sacrificados cuando se hicieron ampliaciones a un edificio que medía 9 m de largo por 5 de ancho. 

A los sacrificados se les ofrendaron cráneos o extremidades de jóvenes y niños; destaca un cráneo con huellas de decapitación, entre otros hallazgos. En 2008 se exploró el sur del recinto ceremonial, y esta vez se encontraron tres grandes plataformas habitacionales y cinco tlecuiles o fogones.









IMÁGENES: A. Un dios prehispánico venerado en Ocotelulco, Tlaxcala, fue Tezcatlipoca, de quien se ve el rostro de perfil y con el ojo cerrado en el fondo de este cajete Trípode. B. Plato localizado en las excavaciones de 1990. C. Cajete policromo con cabeza de venado, localizado en las excavaciones de 2008. D. Cajete con representación de un venado, localizado en las excavaciones de 2008. E. Figurilla policromada, localizada en la excavaciones de 1990. F. Excavación de un tlecuil en 2008

Espionaje Y Arqueología

El Archivo Histórico de la Secretaría de Relaciones Exteriores atesora un expediente de los años 1824-1829 que nos revela la importancia que las antigüedades prehispánicas habían cobrado a principios del México independiente, así como las preocupaciones que ocasionaba su exportación, aunque ésta no estuviera prohibida por la legislación entonces vigente.

Ante la primacía del espionaje político en esta coyuntura histórica tan complicada, resulta notable que también se realizaran actividades de inteligencia relacionadas con el patrimonio cultural de México y, en particular, con el arqueológico. Nos referimos específicamente a una muy poco conocida misión que el mencionado ministro Sebastián Camacho asignó desde Londres al agente Tomás Murphy y cuya documentación se puede consultar hoy en el expediente ahsre 2-2-2888 1829, del Archivo Histórico “Genaro Estrada” de la Secretaría de Relaciones Exteriores. 

Esta historia se suscitó hacia finales de 1826, cuando en la capital inglesa se propaló el rumor de que había llegado a París un cargamento de antigüedades mexicanas y que éste se había puesto en venta al mejor postor. Al venir en conocimiento, Camacho solicitó le informasen “con reserva” sobre la naturaleza y el precio de dicha colección, instruyendo que se indagara con absoluta discreción cómo se había celebrado su compra en México y cómo había sido extraída del país.





A. Quetzalcóatl, dibujo de Agostino Aglio (1831). B. Quetzalcóatl. Piedra volcánica.C. Pulga con rostro humano, dibujo de Agostino Aglio (1831). D. Pulga con rostro humano. Piedra volcánica.




Pieza: Prótesis Dental Hecha Con Jade En Teotihuacan



Esta persona se le hizo en vida una modificación dental intencional en los incisivos centrales superiores. Además tiene incrustaciones de pirita en la parte frontal de los dientes; para ello se tuvo que hacer un taladrado en el esmalte, técnica reportada principalmente en la zona maya, en la región del Petén y Belice.

Sin embargo, el hecho más significativo, fue el hallazgo de una pieza dental hecha con piedra verde (posible serpentina), que tiene forma de un incisivo, con una hendidura circular que simula una incrustación dental; lamentablemente el disco de la incrustación no se localizó. 

Por las características de la pieza de piedra verde y las marcas de desgaste que presenta, se llegó a la conclusión de que posiblemente se trate de una prótesis dental, que se colocaba en el área de los incisivos centrales inferiores, mismos que el individuo perdió en vida. La pieza prostética pudo haber sido utilizada por mucho tiempo, lo que ocasionó la formación de tártaro dental o sarro y el desgaste de las piezas dentales superiores.

Zona Arqueologica: Quiahuiztlán, Veracruz

Quiahuiztlán es una zona arqueológica y antigua ciudad totonaca en el Estado de VeracruzMéxico. Se ubica en 19°40' latitud Norte y 96°25' longitud Oeste en el municipio de Actopan sobre el Cerro de los Metates cerca del Pueblo costero de Villa Rica.
Ciudad totonaca de Quiahuiztlán. Al fondo, los arenales deChalchicueyecan en la costa donde arribó Hernán Cortésen 1519 y fundó la Villa Rica de la Vera Cruz.
El nombre del sitio es de origen náhuatl, se compone de "Quiahui", lluvia y "tlan", lugar; es decir Quiahuiztlan o Quiahuixtlan significa "El lugar de la lluvia". El sitio se encuentra sobre el Cerro de los Metates (referido también como Cerro Bernal), llamado así por que en él se han encontrado muchos pequeños metates enterrados, el ecosistema de la zona es sabana tropical, entre la vegetación existen cactus, arbustos y algunas plantas con propiedades medicinales como la quina (paludismo), guásima (diarrea), puan (sarampión), árnica, palo volador, palo verde, moral, chaca o palo mulato y flor de día. El Cerro de los Metates se encuentra en la llamada Faja de Totonacapan que limitada al Norte por el río Nautla y al Sur por el río Actopan.
Esta zona tuvo tres funciones. Fue ciudad con cerca de 16 mil habitantes; cementerio en el que se hallaron restos de 78 tumbas dispuestas en tres cementerios principales, y fortaleza, puesto que en todas las estribaciones del cerro se pueden observar muros defensivos de diversas dimensiones, hecho que causo admiración a las primeros hispanos, por ello la mencionan en sus relaciones.




Pieza: El Escribiano De Mayapán, Yucatán


Uno de los descubrimientos más importante en los últimos diez años del Proyecto Arqueológico Mayapán es un excepcional incensario efigie que representa a un escribano. Aunque los incensarios efigie de Mayapán generalmente provienen del periodo Posclásico Tardío (1250/1300-1460 d.C.), éste en particular muestra una marcada relación con el escribano hombre-mono, deidad importante en el arte maya del Clásico.

El escribano sostiene en su mano izquierda una vasija en forma de caracol, similar a las vasijas que contenían tinta empleadas en el Clásico maya. Los números pintados en el incensario también indican una relación con el arte de la escritura. En la mano derecha, el hombre-mono sostiene un pincel semejante a aquellos representados en las pinturas sobre cerámica del periodo Clásico. El antebrazo derecho es en realidad una serpiente anudada, con la mano del escribano sobresaliendo de la boca de la serpiente como una lengua. Características únicas como éstas hacen del Escribano de Mayapán una verdadera obra maestra del arte maya del Posclásico.


Pieza: Los Silbados De La Muerte


El investigador Roberto Velázquez ha realizado un análisis sobre los sonadores de viento y generadores de ruido de la época prehispánica, con lo cual se obtuvieron nuevos datos sobre su función sonora y se logró la reproducción de su acústica. La investigación surgió a partir del hallazgo de un fragmento de sonador de viento o “silbato de la muerte”, el cual se localizó en el Cerro Mazatépetl (hoy Cerro del Judío), en la ciudad de México, donde el lleva a cabo exploraciones sobre el occidente de la Cuenca de México, a cargo del doctor Francisco Rivas. 

El “silbato de la muerte”, de barro, está asociado con la muerte y los rituales del inframundo, debido a la calavera que cubre el frente de su resonador. Gracias a esta investigación se han conocido aspectos sobre su morfología, elaboración, así como sobre los sonidos emitidos por los antiguos generadores de ruido hechos con barro.

Zona Arqueologica: Cempoala, Veracruz


Los constructores de Cempoala daban especial orientación a los templos más que a los otros edificios, sin que se observe un plan rector de acuerdo con un eje o punto focal. La mayoría de los edificios son pirámides escalonadas de poca altura, con cuerpos de una sola pieza, levemente inclinadas y con una escalinata que sube hasta la plataforma superior. Otra forma arquitectónica consiste en edificios de dos o tres terrazas superpuestas. 

En Cempoala se evidencia que, desde el inicio de la acción evangelizadora, las concertaciones prácticas entre la espada y la cruz se realizan sin referirse a ninguna norma teologal. Ejemplo sobresaliente en este sentido es la destrucción de los dioses (“ídolos”) ordenada por Cortés, así como la entronización de la imagen de la Virgen María en uno de los templos de Cempoala.



Zona Arqueológica: Plazuelas, Guanajuato


Plazuelas se localiza en las estribaciones sureñas de la Sierra de Pénjamo, sobre tres laderas separadas por dos barrancas: Los Cuijes y Agua Nacida, en donde surge un manantial del mismo nombre. Entre los vestigios de esta antigua ciudad, habitada entre 600 y 900 d.C., destacan siete edificios comunicados entre sí por medio de amplias calzadas y largas veredas que suben y bajan entre los cerros, cuyo punto de confluencia es el manantial Agua Nacida.

En la ladera central, explorada casi en su totalidad, se encuentra el edificio más grande y complejo de Plazuelas, conocido localmente como Casas Tapadas. Se trata de una extensa plataforma en la que se construyeron cuatro basamentos piramidales de diferentes formas y tamaños, en cuyas cimas aún se observan habitaciones porticadas que funcionaron como templos. Todo esto fue modificado varias veces y se amplió en diferentes momentos.


Los basamentos norte, este y sur están unidos por un largo muro-banqueta que enmarca un pequeño palacio, el basamento central y un altar. Este muro-banqueta, en el que se debieron sentar los visitantes a observar las ceremonias, nos recuerda el largo muro que encierra el espacio de los principales templos en Teotihuacan, Tenochtitlan y Tlatelolco, con el que crearon un recinto sagrado.







IMÁGENES: A. Casas Tapadas, Plazuelas, Guanajuato. B. El basamento piramidal este de Casas Tapadas. C. Piedra tallada en forma de rayo-trapecio sobre un atado de cañas, signo que representa a Tláloc como señor del tiempo agrícola. La piedra coronó el contorno del basamento. D. El palacio de Casas Tapadas estuvo adornado con representaciones de caracoles relacionados con el viento, las nubes, la lluvia, los remolinos y los huracanes. E. Recreación del palacio de Casas Tapadas. 

El Descubrimiento del Calendario Azteca O Piedra Del Sol


Fue tallada en el Período Posclásico mesoamericano, entre el 1250 y 1521 d.C. Si bien no existen indicios claros sobre el año exacto de la talla, la autoría y la finalidad del monolito, existen ciertas referencias a la construcción de un enorme bloque de piedra por los mexicas en su última etapa de esplendor. Según Diego Durán el huey tlatoani Axayácatl "también estaba ocupado en labrar la piedra famosa y grande, muy labrada donde estaban esculpidas las figuras de los meses y años, días 21 y semanas". Por su parte Juan de Torquemada describió en su Monarquía Indiana, cómo una gran roca fue ordenada ser traída por Moctezuma Xocoyotzin desde Tenanitla, hoy San Ángel, hasta Tenochtitlan, pero en el camino cayó en el puente del barrio de Xoloco.


La roca madre de la que fue extraído el monolito proviene del volcán Xitle, y pudo ser obtenida de San Ángel o Xochimilco. El geólogo Ezequiel Ordoñezen 1893 determinó tal origen y la dictaminó como basalto de olivino. Probablemente fue arrastrada por miles de personas desde un máximo de 22 kilómetros hasta el centro de México-Tenochtitlan.


Tras la conquista, el monolito fue trasladado hacia el exterior del Templo Mayor, hasta el oeste del entonces Palacio Virreinal y la Acequia Real, en donde permaneció descubierta, con el relieve hacia arriba durante muchos años. Según el mismo Durán, fue durante el cargo de Alonso de Montúfar como arzobispo cuando él ordenó enterrar la Piedra del Sol para que "se perdiese la memoria del antiguo sacrificio que allí se hacía".


Hacia finales del siglo XVIII, el virrey Juan Vicente de Güemes inició una serie de reformas urbanas en la capital de la Nueva España. Una de ellas fue la construcción de nuevas calles y la mejora de ciertas áreas de la ciudad, mediante la introducción de drenajes y banquetas. En el caso de la entonces llamada Plaza Mayor, se construyero atarjeas, se niveló el piso y se remodelaron áreas. Fue José Damián Ortiz de Castro, maestro mayor de las obras urbanas ejecutadas, quien informó del hallazgo de la Piedra del Sol el 17 de diciembre de 1790. El monolito fue hallado a media vara del suelo (unos 40 centímetros) y a 60 metros al poniente de la segunda puerta del palacio virreinal, y sacado de la tierra con un "aparejo real a doble polea".8 Al sitio de hallazgo acudió Antonio de León y Gama a observar y dictaminar el origen y significado del monumento hallado. Según Chavero, fue este último quien le dio el nombre de Calendario Azteca, creyéndolo como un objeto de consulta público. Soto y Gama lo narró de esta forma:
....Con ocasión del nuevo empedrado, estándose rebajado el piso de la Plaza, el día 17 de Diciembre del mismo año, 1790, se descubrió á sola media vara de profundidad, y en distancia de 80 al Poniente de la misma Segunda puerta del Real Palacio, y 37 al norte del Portal de las Flores, la segunda Piedra, por la superficie posterior de ella, &.
Soto y Gama, citado por Chavero


El propio Gama intercedió ante el canónigo de la Catedral, José Uribe, con el fin de que el monolito hallado no volviera a ser enterrado por su presunto origen pagano, por el cual casi dos siglos antes había sido sepultado. Gama argumentó que en países como Italia era mucho lo que se invertía en rescatar y mostrar públicamente monumentos del pasado. Es de destacar que, por el espíritu de la época, se hicieran esfuerzos por exhibir en un sitio público el monolito y además se promoviera su estudio. Gama defendería en sus escritos el carácter artístico de la piedra del sol, ante argumentos de autores como George-Louis Buffón, quienes daban menor valía a los nacidos en el continente americano, incluido su talento artístico.
El monolito fue colocado a un costado de la torre poniente de la Catedral Metropolitana el 2 de julio de 1791. Ahí la observaron, entre otros, Alexander von Humboldt, quien realizó diversos estudios sobre su iconografía. Durante la Intervención estadounidense en México los soldados del Ejército de los Estados Unidos que ocuparon la plaza usaron la Piedra del Sol para tiro al blanco.


En agosto de 1855 fue trasladada a la Galería de Monolitos del Museo Arqueológico de la calle Moneda, por iniciativa del doctor Jesús Sánchez, director del mismo. Por documentos de la época se sabe de la animadversión popular que causó el "encierro" de un referente público de la ciudad.8
En 1964 fue trasladada al Museo Nacional de Antropología e Historia, donde preside la Sala Mexica de dicho museo y está inscrita en diversas monedas mexicanas.

Antes del descubrimiento del monolito de Tlaltecuhtli, dios-diosa de la tierra, con sus 4 por 3,57 metros de altura, se pensaba que la Piedra del Sol era el más grande monolito mexica en dimensiones.